jueves, 10 de octubre de 2013

Gregorio

Comencé a leer el prólogo escrito por la mano de Borges. Su introducción a la obra de Kafka es minimalista, no te despierta el interés por leer la continua lluvia de metáforas que "La Metamorfosis" te ofrece.

Lo único que le atribuyo al maestro Borges, es su puntualidad al describir la obra de Kafka como una invención de situaciones intolerables e infinitas. 

Y en eso baso mi análisis.

Debo decir que ya iba a mitad de la lectura, profundamente decepcionado del autor. Pero tuve que regresar a hacer un análisis de mayor retroalimentación para mí y encontrar la metáfora, útil en mi vida.

Y es que la breve historia de Gregorio se cuenta es sus últimos momentos.
Ya transmutado en el cuerpo de un insecto.

Mi inquietud es, ¿por qué el autor decide comenzar su relato en este punto? 
Quizá es el que vale la pena contar.

¿Acaso los factores que llevan al insecto a ser lo que es, no valen la pena?

Bien, Gregorio Samsa: "el insecto"- de ahora en adelante-, porque no vale la pena seguir llamándolo Gregorio. Ya no lo es más. Ahora es un insecto y morirá como eso. Para bien o para mal, es lo que es. Y es un insecto porque el termino lo denigra mas, que llamarlo simplemente: escarabajo. 

El insecto, despierta en la mañana, asombrado por su metamorfosis.

La verdad es que toma muy sereno esta transformación, quizá porque ya se sentía así desde hace tiempo y transmutarse no le afectó. Al parecer, le preocupaba mas adaptarse a su nuevo yo y hacer lo posible para cumplir a quienes lo rodeaban.

Gregorio vivía con su padre, madre y hermana. Siendo un joven ejemplar, un sustento para su familia. Atrapado en la rutina diaria, en un destino y responsabilidad que el mismo tomó.

El insecto, tiene muchas similitudes con Gregorio. Y no porque ambos sean la misma escencia.  Sino porque los dos aceptan sus condiciones y no hicieron mucho para encontrarles sentido.

Y es que Gregorio vivió presa de sus deberes,  con la esperanza de algún día ser libre de ellos, al pagar las cuentas de sus padres.

El insecto despertó una mañana, cuando tenía que tomar un tren, su sorpresa fue verse no como realmente era, sino como se sentía.

Su madre, padre, hermana y hasta el jefe; intentaron hacerlo salir de su cuarto, pues él se encontraba encerrado sin poder acostumbrarse a su nueva identidad.

Al descubrir en lo que se había convertido, el insecto pudo ver lo que la familia de Gregorio era capaz de hacer con el recuerdo de éste y con el nuevo ente.

Su padre le dio la espalda, su madre fue una inútil sentimental y su hermana demostró un compromiso obligado para con él.

Tal vez porque ninguno pudo aceptar la nueva identidad de Gregorio, porque no soportaban ver el cambio en él. Preferían aferrarse al pasado, es lo que mas les convenía.  La verdad, para todos es mas fácil quedarse en el pasado.

A veces hacemos eso, le damos la espalda a lo diferente, a la obscuridad, a lo raro. Porque queremos que las personas cumplan lo que nuestra mente espera de ellas.

Y es que ser un insecto le hace lucir pequeño, débil, aplastante ante los ojos de todos. Ser insecto deja ver su vulnerabilidad.

[...] Más inmediatamente cayó en tierra, intentando, con inútiles esfuerzos, sostenerse con sus innumerables y diminutas patas, y exhalando un ligero quejido. Al punto sintióse, por primera vez en aquel día, invadido por un verdadero bienestar: las patitas, apoyadas en el suelo, obedencíale perfectamente. Lo notó con natural alegría, y vio que se esforzaban en llevarle allí donde él deseaba ir, dándole la sensación de haber llegado al cabo de sus sufrimientos.

Y es que el insecto rechazado por su padre, muchos dicen que deja ver lo que Kafka sintió toda la vida con su verdadero progenitor, pero ahora el escarabajo se ve  atrapado en su cuerpo. Opino que es pura resignación. 

Sin duda alguna, todo el texto se resume para mí, en el siguiente párrafo: 

[...] En las primeras horas de la mañana, cuando se hallaba la puerta cerrada, todos habían hecho por entrar, y ahora que él había abierto una puerta, y que las otras habían sido también abiertas, sin duda durante el día, ya no venía nadie, y las llaves quedaban por fuera, en las cerraduras... 

Porque la personas siempre estamos en busca de las causas de los problemas de los demás.  
 

Pero en cuanto descubrimos la verdad, de algo que no queremos aceptar por más extraño, duro o difícil que parezca, no lo aceptamos. 

Nosotros mismos cerramos puertas todo el tiempo, dejándolas impenetrables y cuando decidimos abrirlas a alguien; muchas veces permanecen abiertas y nadie entra. Otras veces entran, solo para provocar dolor. Y los mas afortunados, entran para quedarse.   

Constantemente creamos barreras que nos envuelven y estamos cómodos en ellas. Porque lo difícil es derribarlas y dejarte llevar.

¿Por qué un insecto?
¿Tan "chiquito" se sentía Kafka, al inventar la historia de Gregorio? 


Entre tantas criaturas, bestias o fantasmas...el escarabajo para mi representa sus ganas de ser imperceptible, algo que pudiera reducir sus malestares, pero merecedor de desprecio para absolverlos.

Y es que poco a poco el insecto se resigna a su condición. Pero, ¿en qué momento alguien dijo, que ser un insecto es malo?

Su familia no lo amaba incondicionalmente. No importa como luzcas, los problemas que tengas, lo que seas...el amor debería de ser INCONDICIONAL.
 
Con el paso del tiempo, nuestro insecto se deja morir, por resignación. Nadie lo necesitaba más.   

No pudieron cargar con su apariencia y los demás siguieron su vida. Recordando a Gregorio y sintiendo esa confusión por el insecto.
 
Hasta parecía absurdo cuando ellos actuaban indignados por la situación del insecto. Sí Gregorio, era el que tenía que estar indignado.
 
Pero nadie acepto que Gregorio, ya no existía. Que su presente era ese insecto. Al que la hermana en un principio le llevaba comida y después sobras.
 
Al que encerraron en su cuarto, llenando su espacio de triches. Al que negaron y olvidaron. Al que dejaron  morir solo y sintieron alivio por librarse de tan extraño animalejo.   

A ese insecto que paso sus últimos momentos oculto debajo de un sillón.
Que buscaba esconderse para no perturbar a su familia.
 
Al que trataron como un animal rastrero y en eso termino por convertirse.
 
No fue la transformación física, lo peor fue; que la metamorfosis  llego a su mente y lo convirtió en el bicho raro que debía sentir vergüenza.
 
Tal vez un buen final hubiese sido que nuestro Gregorio despertara de uno de sus peores sueños. Que al final el libro te contara que abrió los ojos a la vida y decidio cambiar la sensación de ser un escarabajo.

Que regresaría a cometer los mismos errores día con día.