martes, 17 de septiembre de 2013

¿Qué me sustenta?

El Viernes iba caminando hacia la avenida a tomar el camión.
Cuatro jovencitas con su uniforme de secundaria venían caminando hacia mí, recordé cuando yo tenia quince años y utilizaba el mismo uniforme.                             ¡Claro, eran pantalones!.
Las cuatro comían frituras con crema y salsa, un alimento muy sano después de una mañana larga de estudio. No creo que ellas pensaran lo contrario. Así, las sonrisas de esas chicas me recordó a la caminata de todos los días con mis amigos.
Pero de pronto, mi mente pensó: ¡maldita!
Al momento en que una de ellas exprimió la ultima papa remojada en salsa y tiró con total descaro su bolsa a la calle.
Primero me dieron ganas de darle la lección de responsabilidad que muchos años antes le debieron inculcar en su casa. Ganas de decirle: -¡señorita, a tres pasos esta un bote de basura, no lo tire en la calle. No dañe nuestro planeta!-.
Después pensé, que era un paranoico. 
Son niñas, ademas los jovencitos de ahora no se quedan callados y seguro tomarían a mal el consejo, y me dirían palabras que jamas creería que una niña de quince años pudiera utilizar.
Tal vez, pequé de prejuicioso y al escuchar el consejo, la señorita hubiera entrado en razón y levantaría la bolsa para depositarla en el bote. Nunca lo sabré.
Después pensé:                                                                                                                                  ¿Y sí la recojo y yo mismo la deposito, procurando que ellas me vean?
Ese plan sonó mejor, dejaría a su conciencia la situación y confiaría en que recibirían el mensaje con la intención que yo quería darle.
Lamentablemente tampoco hice eso.
Total, pasé por alto el incidente, recordando la expresión despreocupada de la señorita al tirar la bolsa y ésta escurriendo en la calle, así como los cien años que tardaría en degradarse. Aproximadamente pensé en ello dos horas, hasta que vi a un señor que tropezó en un estacionamiento y terminó en el suelo. Estaba muy lejos de mi, pero vi que dos señores le ayudaron. Pensé en ese incidente por los siguientes treinta minutos.
El punto es, que esas dos horas, en lo que llegue a la parada del camión, pasó el camión, me llevo a mi destino e hice lo que tenia que hacer, pensé en el razonamiento de la chica, que la dejó tirar esa bolsa en medio de la calle. Porque ni por la banqueta iban transitando. Yo tampoco, la verdad. Pero las calles son anchas y no venia ningún coche. Otra lección de cultura peatonal que yo mismo debo poner en practica.
El punto es que me puse a pensar, lo que motivó a la jovencita a tirar esa bolsa a la calle. La razón mas simple que me vino a la mente fue, que jamas tuvo el ejemplo en su casa de responsabilidad con nuestro hogar: el planeta.
Me pregunté: ¿Y la escuela?
Ella asiste a una secundaria en la que yo fui estudiante. Testigo soy que hay excelentes seres humanos como docentes, que día a día procuran transmitir sabiduría en este asunto y en muchos otros de la vida. Ademas que los programas y textos de la SEP marcan lecciones para incentivar al alumno a desarrollar un una conciencia ecológica.
Ademas, si ella tiene acceso a ver televisión, a navegar por Internet y estar presente en redes sociales, puede ser presa de muchas campañas en pro del medio ambiente.
Pero aun así,  su razón le impidió avanzar tres pasos y depositar la bolsa en el bote.
Lo sé, es mucha obsesión con una jovencita y su bolsa. Pero, cómo no estar preocupado, si ella es una, literalmente en siete mil millones de habitantes. Ademas no creo que sea la primer ni la ultima vez que hace algo como eso.
Yo me cepillo los dientes y tengo remordimiento por dejar la llave abierta mientras lo hago, dejo mi cargador conectado y me preocupo. No separo la basura y pienso que debería hacerlo.
Según el INEGI aproximadamente se recolectan en México: 86, 343 toneladas de basura diariamente.
Solo en México, día con día. Y en: ¿América y el mundo?
Ahora, eso hablando de desperdicios sólidos. Que pasa con el desperdicio de agua, energía y la contaminación que emitimos con la quema de combustibles.
Recoger esa bolsa hubiera representado quitarle el pelo a un gato. Y a medias, porque la real alternativa es no consumir esos productos y que las grandes compañías reduzcan la producción de contaminantes con empaques alternativos, que se degraden fácilmente en el ambiente.
¡Dios, que complicado es ser, humano!
Estamos terminando con nuestro hogar. Una tradición que comenzaron nuestros antepasados al talar arboles para construir sus casas, cazar animales, invadir los mares, extraer minerales y combustibles para proveer desarrollo a los individuos y auto enriquecerse.
En conclusión, causas y soluciones hay muchas. Como los problemas que existen actualmente que nos están llevando a la extinción.
Porque alguna vez leí a un autor que expreso algo así:
"Es demasiado egoísta creer que nosotros acabaremos con el planeta. Ya que la tierra ha existido por millones de años, ha pasado por desastres y extinciones. El planeta seguirá aquí, con o sin nosotros, él subsistirá a los cambios. Nosotros estamos terminando con nuestra especie."
Así que lamentablemente, es un destino que tenemos ya trazado, porque a estas alturas es muy difícil hacer entender a tantos individuos del riesgo al que nos enfrentamos.
Cuando hay presidentes y personas cultas que están promoviendo guerras, vendiendo nuestros recursos naturales para hacer negocio y personas como esta jovencita a las que no nos interesa mantener limpia nuestra casa.
¿Qué me sustenta ahorita?
La preocupación por mi planeta, tal vez no por mi. Sino para las futuras generaciones, que seguramente experimentaran catástrofes que los harán culparnos y despreciarnos.
Antes de terminar les comento que la bolsa ya no esta ahí. Tal vez la recogieron o la lluvia que no ha parado la llevo a otro lugar.




 



1 comentario:


  1. Y luego porque las inundaciones, es verdad todo eso empieza en casa, pero tampoco podemos quedarnos sentados mirando, probablemente es cierto ella solo es una persona de tantas que no les importa, pero si seguimos así en un futuro si les importara, muy buena reflexión amigo te seguiré leyendo:)

    ResponderEliminar