lunes, 9 de septiembre de 2013

¿Soy mi propio héroe?

Algunos de sus compañeros lo admiraban por sus pensamientos en su "Carta de Amor" (Más bien: Contrato de Amor). Cosa extraña para él. Pero muy halagadora y algo vergonzosa.

Pues se preguntaba, ¿por qué su forma de ver el mundo y expresarlo, causaba conmoción?

Y es que Omar, aunque  muchas veces ha preferido le llamasen Alejandro, pues siente que ese nombre es digno de alguien imponente; Omar siempre ha sido considerado punto y aparte. Por él mismo y por los demás. Y no cree que haya una explicación concisa.

Tal vez la razón sea que él mismo se lo ha permitido y por ende, lo ha tolerado en los demás. Seguridad, vanidad, ego, ganas de ser diferente; pudieran ser respuestas. Jamás lo tendrá claro. 

Se intenta definir en gran medida por sus razonamientos y acciones. Muchas veces se paró frente al espejo cuestionándose lo que es. Y tantas veces su cabeza se hizo nudo tratando de dar una sola opinión, porque las ideas volaron como moscas en un basurero.
 

Debo decir, que como todos, la opinión que refleja su familia, amigos y la sociedad, influye también en su percepción de sí mismo. Miles de veces se ha propuesto mandar estos juicios por un pozo sin fondo y hacerme caso. Pero también le hago recordar las críticas que hacen de él. No tiene remedio.


Digamos que me ha sorprendido, porque en el ultimo año aprendió a no tomarse nada de manera personal, pues la gente muchas veces habla ignorando las cosas.

Si algo ha admirado de los superhéroes es su habilidad para llevar mascaras. Aunque él ha aprendido a utilizar algunas cuantas.

Pertenece a un grupo y acata los convencionalismos de una u otra manera. Es lo que me gusta. No es de aquí, ni de allá.
 Aunque no lo admita le interesa complacer a todos de alguna u otra forma.

Por miedo principalmente. Y es que siempre tiene miedo de todo. De lo que sale mal, de lo que sale bien o de lo que simplemente no sale. Muchos creen que puede tener una gran autoestima y seguridad. Pero él también se siente feo, bobo, poco inteligente, holgazán… en fin, ha pasado más parte de su vida criticándose que apreciándose.

Aunque en los últimos años esto ha cambiado, me confiesa. Pero nunca se cambia del todo. Y es que ahora más que nunca se ha propuesto ser libre.
 

Libre de prejuicios y un solo tipo de opiniones. Libre para hacerse cada día un poco más feliz. Acá entre nos, todavía le falta muchísimo por trabajar, aun no me convence.

Muchísimas dudas tiene. Se cuestiona constantemente en todo lo que hace. Pero no permite que esto le desaliente. Al contrario, hace que estas dudas sean la llama para encender la caldera de ideas. En donde a veces se cocinan tantas tonterías, que ni él mismo sabe de dónde saco las recetas.

El Rincón lo lleva de su padre. Un ser al que apenas recuerda, pero que su madre siempre intenta hacerlo presente. Alguna vez le dijo a ella:

-“No necesito me cuentes de él. Pues sé muy bien lo que heredé de ti. Y todo aquello que en mí, no reconozca tuyo, sé de quién es...de él”.-

De la madre heredó el Martinez. Veinte años le ha tomado acostumbrarse a este regalo y maldición. Y seguramente le tomará unas veinte vidas más. Pues ha crecido con ello y a eso debe en gran medida su forma de ser.

Se exige y se consciente. A veces intenta castigarse y tantas más se premia con pequeños detalles. Porque eso sí, siempre ha admirado los pequeños detalles. Esos que van creando un mundo mejor.

De un tiempo para acá, en el que se ha dado cuenta de que se está convirtiendo en un adulto, quiere poner más atención en las simples y maravillosas cosas que le ofrece la vida.

Desde un amanecer, la luna llena, un buen libro, una almohada fresca, un chocolate o una galleta...hasta el paseo por la ciudad o el "te quiero" de un verdadero amigo.

Pero me confiesa que siempre será un niño. Porque admira esa inocencia en donde todo es más sencillo, donde lo importante es jugar y reír. Siempre quiere conservar esa parte para él.

 
Hay secretos que ni a su propia sombre revela. Y es que todos tenemos un abismo de secretos que nos hacen en gran medida aprender quienes somos.

Sí algo tiene de superhéroe, son estas personalidades encubiertas. Porque le gusta sorprender y sorprenderse a sí mismo. 

No ha vivido mucho, pero lo que ha pasado, ha sido de mucha ayuda. Ha perdido muchas batallas, pero no la guerra. Siempre busca mejorar y aprender.

Pero yo creo que este tipo también tiene algo o mucho de villano. Es muy crítico, de sí mismo y de los demás. Se exige por que le gusta hacer bien las cosas e intenta exigir a los demás  Pero cuando recapacita y recuerda que cada quien tiene un libre albedrío, recobra ese tolerancia que quiere lo caracterice. 

Es un adulto chiquito. Muchas personas se sorprenden de sus ideas. De algunos otros confiesa  malas vibras. Pero así es la vida. Ya tiene claro que lo único que le debe importar son sus expectativas, sumar cosas para él y para quienes ama.

Ya no más prejuicios, pues es vanidoso y le gustan las modas. Pero trabaja todos los días ese lado humano que le hace sentirse más en paz consigo mismo.

¿Para quién? o ¿en quién?, se compara la gente para ser plena. Todo pasa, nada es para siempre. Lo único constante es el cambio. Y Omar quiere aprender a cambiar para bien.

Realmente no le interesa, ni se siente con la calidad moral para hacerse  llamar: héroe. Cree que hay muchas más personas en el mundo que necesitan este crédito. Hombres y mujeres que tienen grandes problemas y salen adelante. Que cuidan, aman y educan a sus hijos. Seres que hacen algo por su comunidad. ¡Esos son héroes!

Omar ni siquiera aspira a ser un ejemplo a seguir. Porque se considera demasiado imperfecto para serlo. Si para alguien pudiera ser un modelo, sería para él mismo. Pero sabe que siempre terminara rompiendo el molde y no recordará lo que tiene que seguir.
 

Lo único que busca es sentirse pleno, amar a los que ama y seguir su camino disfrutando de una buena música y un chocolate para el estómago.

Porque él así piensa, así lo hará siempre.
 

Totalmente, este hombre está perdido dentro de sí mismo y espera reencontrarse una y mil veces más.


Atentamente: La voz de su conciencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario